En estos días de mayor crisis política, que podríamos decir que culminó hoy con la asunción del mando de Martín Vizcarra como nuevo presidente de la república, comenzó a fines del año pasado tras los destapes de hechos de corrupción entre las empresas brasileñas constructoras y partidos políticos peruanos y para los que demandamos todavía investigación profunda y medidas restrictivas. Sin embargo, durante estos momentos difíciles, la bancada Frente Amplio se mantuvo unida y consecuente. 

Después de que la bancada recabara pruebas de la utilización del Estado para los negocios personales de PPK, en perjuicio de los más pobres de nuestro país, pensamos que existía la necesidad de iniciar un proceso político que castigue tales hechos: promovimos la primera moción de vacancia presidencial por incapacidad moral.

Desde aquel momento, la situación política se agudizó aún más con el indulto  otorgado a Alberto Fujimori de manera irregular, pues no sólo no reparaba a sus víctimas sino que todavía afrontaba un caso penal. Es decir, PPK estaba promoviendo la impunidad.

Pasado dos meses y con mayores pruebas de que PPK sí se habría beneficiado a costas del Estado, promovimos junto a otros partidos la tercera moción de vacancia. Esta estuvo reñida hasta el último momento, en que, a raíz de una práctica fujimontesinista de Fuerza Popular, nos enteramos de que el gobierno habría estado comprado votos contra la vacancia. Esa fue causal para que las bancadas en bloque exigieran la renuncia del presidente. Al día siguiente renunció.